Quebrada de Jaspe un remanso de paz dentro de la Gran Sabana

jaspe3Prensa Ecosocialismo y Aguas (Minea) / Inparques, 12.05.2017.- Dentro del Parque Nacional Canaima en el estado Bolívar, se encuentra un pequeño refugio llamado quebrada de Jaspe, un lugar paradisíaco perfecto para relajarse, bañarse y disfrutar de las maravillas de la madre naturaleza.

Jaspe está ubicada en el kilómetro 273 de la troncal 10 y es uno de los  monumentos más visitados de la Gran Sabana, debido a su fácil acceso lo que permite recibir anualmente a miles de turistas dispuestos a sentir la frescura de sus aguas.

Kakoparú o Quebrada de Jaspe, es una gran laja de 300 metros de longitud, compuesta por  cuarzo y sílice, de color rojo y negro muy fuerte, con un nivel de agua que no sobrepasa los cinco centímetros; a la derecha, se encuentra una pequeña cascada que es un sitio excelente para tomar unos agradables masajes de hidroterapéuticos o sencillamente regocijarse del agua.

El Instituto Nacional de Parque (Inparques), ha sido fiel garante de la preservación de este espacio, ya que constantemente realiza jornadas de saneamiento a la quebrada, así como poda de los arbustos, y continuas charlas a los turistas para que no rompan ni extraigan el cuarzo, porque dentro de las normas de uso de este manantial, está prohibido la extracción de la piedra semipreciosa Jaspe.

Dicho monumento cuenta con un estacionamiento y desde allí el visitante debe caminar por un pequeño túnel boscoso que lo conducirá a la quebrada, la cual está rodeada de inmensos arboles de más de 20 metros (mts) de altura cargados de flores.

Una de las particularidades de este manantial, es que por ser una laja muy resbaladiza muy bien pulida por el paso del agua, a menudo suelen verse a los turistas deslizarse por la losa, lo que se ha denominado “El Tobogán de Jaspe”.

Adicionalmente, cuando el sol está bien alto, sus rayos dan directamente sobre la piedra de Jaspe lo que ocasiona una ráfaga de luz que parecen estrellas y todo este río semiprecioso se vuelve rojo brillante cautivando a sus visitantes.

¡Aventúrate! a conocer este manantial que además de ser una zona de reposo, te permite escuchar los silencios de la Pachamama, que a veces es roto por el canto de los pájaros, otorgándole un remanso de paz y misterio.

Prensa Ecosocialismo y Aguas (Minea) / Inparques / Ligia Ruiz

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