Parque San Felipe el Fuerte arriba a 45 años

Prensa Ecosocialismo (Minec) / Inparques, Yaracuy, 06/03/2019.- El Parque Histórico Arqueológico San Felipe el Fuerte fue Inaugurado el 6 de Marzo de 1974 y declarado Monumento Histórico Nacional en 1985, cumple 45 años.

Actualmente, el parque, también llamado “La Pompeya Venezolana”, por su valor histórico y ser el primero en su tipo en el país, está bajo la administración del Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo (Minec).

El 6 de noviembre de 1729, el Rey Felipe V, se otorga el título de ciudad a San Felipe mediante la Real Cédula que permitía reconstruir la urbe, con la posterior instalación del Cabildo en mayo de 1731. Luego de la independencia, el lugar pasó a llamarse San Felipe El Fuerte, en homenaje al Rey Felipe V.

Después de los primeros años de la reedificación en las nuevas tierras, la ciudad se volvió próspera y pujante gracias a los cultivos, principalmente de cacao y café, productos que se consignaban en los almacenes de la compañía Guipuzcoana, instalada al sureste, a dos cuadras de la ciudad.

En 1812, San Felipe se encontraba entre las principales ciudades del occidente del país. El 26 de marzo (en la celebración del jueves santo) fue destruido por el terremoto que azotó Venezuela.

Durante el mandato de Rafael Caldera, se realizaron los trabajos de excavación por arqueólogos y antropólogos, encontrándose no sólo objetos y muros de las diversas edificaciones, sino esqueletos humanos. Los hallazgos fueron conservados.

En su interior el parque cuenta con parte de las antiguas calles empedradas, una pared perteneciente a la iglesia Nuestra Señora de la Presentación, la plaza central o plaza de las Águilas, donde estaba la fuente que suministraba el agua del pueblo y la Pila Bautismal de la Iglesia mayor que data de 1748 y construcciones completas, entre otras.

El lugar tiene más de 100 especies de cedro, samán, mango, jabillo y otros grandes árboles, además de una extensa fauna en la que se pueden apreciar perezas, ardillas, y aves como el turpial y el cardenalito.

En atención a la extensa vegetación de la zona, se hizo un esfuerzo para la conservación y a la vez la armonización entre la naturaleza y los restos de civilización. Se decidió no talar los árboles que tomaron tantos años en alcanzar tan grandes dimensiones.

Es así como, por ejemplo, se hizo un murillo alrededor del gran samán que nació en el centro de la Iglesia de la Presentación.

Inparques le recuerda a los visitantes de las instalaciones que deben llevar ropa cómoda para que realicen un cómodo recorrido, que le permitirá conocer el majestuoso lugar que guarda entre sus muros historia, una exuberante vegetación que incluye árboles centenarios que superan los 30 metros de altura y un cálido ambiente para pasar un día tranquilo junto con su familia.

Prensa Ecosocialismo (Minec) / Inparques / Melissa Mendoza

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