Prensa Ecosocialismo y Aguas (Minea) / Inparques / Anzoátegui, 09/09/2017.- Catalogada como un paraíso terrenal, Isla de Plata sobresale ante el resto de islotes y riberas que conforman el Parque Nacional Mochima, en su sector marino oeste, estado Anzoátegui, por sus maravillas naturales que permiten al temporadista la desconexión total, el disfrute de gastronomía propia y el descanso ante sus ocupaciones de la vida diaria.

Su principal atractivo es que constituye una playa de arenas blancas junto con sus tranquilas y cristalinas aguas, en donde es posible realizar actividades de submarinismo y snorkel entre los arrecifes de coral a pocos metros de la costa, ya que a simple vista se observa gran variedad de pequeños peces, que se aproximan y parecen juguetear con los visitantes. El Instituto Nacional de Parques (Inparques), ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas (Minea), es el organismo rector de las políticas públicas que vela por la preservación de estos espacios protegidos, igualmente proporciona permisos para campismo.

Delicias y bellezas del mar

Esta área recreativa debe su nombre al tono plateado que nace del reflejo del sol sobre sus aguas pulcras, especialmente en horas de la tarde cuando comienza a oscurecer, donde además su transparencia permite divisar formaciones coralinas de intensos colores. Isla de Plata tiene 150 metros de largo por 30 de ancho y cinco metros de altura. Sus aguas carecen de fuerte oleaje y solo tiene acceso por vía marítima desde Pamatacualito, en el municipio Guanta del estado Anzoátegui. El recorrido es de unos escasos 10 minutos.

Cuenta con diversos concesionarios que ofrecen un variado menú basado en frutos del mar, como fosforeras y pescados fritos que se acompañan con arepas, arroz blanco, tostones y ensalada (preparados al momento). El temporadista disfruta de su almuerzo teniendo como fondo una espectacular vista al mar y las islas aledañas.

La fauna también llama la atención en el lugar, pues durante el día es común tropezar con iguanas de todos los tamaños que se alejan de la zona boscosa en busca de alimentos y parecen estar acostumbradas a las personas, por lo que rara vez se espantan cuando son bordeadas para ser admiradas.

Este mágico sitio cuenta con una leyenda en la cual se afirma que fue refugio de piratas. Según anécdotas, se dice que el pitara británico Henry Morgan se albergó allí antes de realizar un bárbaro ataque a la ciudad de Maracaibo. También cuentan que el pirata Francis Drake habiendo robado un tesoro a barcos españoles lo escondió en esta isla, donde supuestamente aún se encuentra escondido.

Prensa Ecosocialismo y Aguas (Minea) / Inparques / Texto y fotografías: Natalia Chanchamire

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