La nueva política forestal como herramienta de lucha contra la crisis climática / Josué Lorca

Nuestro país suma naturalmente un gran aporte de sumideros de carbono que sirven cómo barrera control el avance del calentamiento global, sin embargo, no estamos exentos a sus efectos, así que, aunque nuestra huella de carbono no tenga la agresividad de los países industrializados, tenemos el deber de contribuir firmemente en la mitigación de los efectos para toda la humanidad.

Es aquí que emerge la necesidad de una Política Forestal coherente y responsable con la lucha de los pueblos para salvar la Madre Tierra. Hay grandes proyectos internacionales que son ejemplos a seguir. Entre ellos el gran esfuerzo de los Países de África Subsahariana, que han transformado la Franja del Sáhel en una muralla verde contra el avance del desierto.

Se trata de 8 mil kilómetros de bosques plantados y mantenidos por las poblaciones locales de 11 países africanos. Los exitosos resultados son definitivamente una guía de lo que pueden hacer los pueblos del sur, a la hora de contribuir juntos y concretamente en la mitigación de los efectos del cambio climático.

Lo interesante de esto son los beneficios derivados para los pueblos: Primero, la coordinación multilateral de los 11 países ha propiciado un ambiente de paz que en décadas era impensable en la zona, si bien aún hay diferencias, se han unido en éste noble objetivo de frenar el avance de la desertificación. En segundo lugar, el impulso que se le ha dado a la industria forestal en la zona ha sido impresionantes, los países ven reflejados en sus economías la producción maderera y derivados a partir de una gestión controlada de los bosques.

En tercer lugar, el nivel tecnológico que han desarrollado en materia de reproducción de plántulas para los bancos de reforestación, y no menos importante, las técnicas de irrigación y planificación para aprovechar las aguas pluviales tan escasas en la zona. En fin pero lo más importante, es que se frenó el proceso de desplazamiento de poblaciones enteras víctimas del Cambio Climático, que gracias al proyecto de la Muralla Verde han vuelto a sus lugares ancestrales.

En nuestro país hemos logrado avances en materia de reforestación y gestión forestal, tenemos una misión creada por nuestro Comandante Chávez para este fin  la Misión Árbol que  involucra al pueblo en ese proceso, también tenemos instituciones como Conare, pero tenemos que hacer más no podemos conformarnos con lo que hemos logrado hasta ahora y no hay mejor momento para ello, cuando estamos ante una crisis climática provocada por la voracidad capitalista.

En nuestro Plan de la Patria están previstos dos objetivos particulares en materia, desde la perspectiva de desarrollo económico y desde la perspectiva de la salvación de la Madre Tierra.

En cuanto al aprovechamiento económico responsable de los bosques dice lo siguiente:

3.1.1.6. Potenciar el desarrollo del Motor Forestal, a fin de expandir y desarrollar la producción primaria y el aprovechamiento forestal del país, ampliando las plantaciones en volumen y territorialmente y la infraestructura de transformación en toda la cadena productiva.

Respecto a la responsabilidad ambiental y la creación de un nuevo sistema de desarrollo respetuoso de la vida y la Madre Tierra, está en pleno el 5to Objetivo Histórico.

Este año vamos a sembrar diez millones de árboles que nos hemos planteado como meta en el Plan Nacional de Reforestación 2022-2023, que estamos produciendo en nuestros viveros junto al pueblo en las principales zonas afectadas en el país por efectos climáticos y por la acción humana.

Pero no pararemos ahí, tenemos previsto la ampliación de la capacidad de reproducción forestal y para esto contamos con la voluntad operativa de nuestro pueblo organizado, pero sobre todo con ese talento científico que hemos podido apreciar en nuestro Primer Congreso Nacional de Investigadores e Investigadoras sobre el Cambio Climático. Vamos a potenciar los esfuerzos creativos en la reproducción y que permiten una sustancial aceleración en la obtención de plántulas maduras preparadas para reforestar con celeridad los territorios afectados.

Si cada venezolano sembrase un árbol estaríamos duplicando las metas hay que reforestar  para captar carbono, reforestar para generar oxígeno, reforestar para mantener nuestra biodiversidad, reforestar para generar agua para las generaciones futuras, sembrando el agua estaremos sembrando la vida.

En ésta era de crecimiento económico y nueva «emprenditorialidad», salvar el planeta es una gran oportunidad para impulsar esa Venezuela Potencia y Grandiosa que todos queremos.

¡Juntos todo es posible!

Fotografía / lavanguardia.com (zodebala / Getty)

Este y otros artículos podrá leerlos en https://josuelorca.blogspot.com/